Hoy os voy a hablar de los Jardines Shirotori , que se encuentran en Nagoya.
Los jardines tradicionales de Japón son remansos de paz, lugares que nos invitan a gozar de la naturaleza, a meditar, a saciarnos de la belleza de los detalles, a disfrutar de la delicadeza del silencio.
Es un lugar estupendo para premiar nuestros sentidos, para concederles un respiro del Japón que no duerme, que es ruidoso y bombardea nuestras pupilas con neones e inputs de colores. Aquí el tiempo se relaja, el aroma se perfuma y el silencio tan solo se rompe por la musicalidad del agua.
Los Jardines Shirotori ocupan una extensión de 3.7 hectáreas. Cuenta con un montículo que es la representación del Monte Ontake, que es el segundo volcán más alto de Japón, con una altura de 3067 metros. El jardín se basa en una representación del río Kiso. Podemos observar desde su nacimiento en el monte Ontake, hasta su desembocadura en la Bahía de Ise. El curso de río discurre por saltos de agua, arroyos y estanques. Podemos cruzar bellos puentes de madera que cruzan el cauce del río, o cruzar arroyos saltando de piedra en piedra.
En el centro de los jardines, se encuentra el Seiu-tei, una casa de té tradicional que cuenta con diferentes salas. Es una edificación con forma de cisne, construida al estilo Sukiya por carpinteros de Kyoto, expertos artesanos que utilizan materiales de la mejor de las maneras para maximizar la experiencia y disfrute de la ceremonia del té. Aquí podremos disfrutar del té acompañado de un dulce tradicional mientras contemplamos la belleza de los jardines.
El jardín también cuenta con un “suikinkutsu” que es un elemento decorativo del jardín a la par que un instrumento musical que utiliza el agua de un cuenco de piedra que usamos para lavarnos las manos, para hacer sonido. El “suikinkutsu” se encuentra escondido bajo tierra, y cuando nos lavamos las manos, las gotas que caen al suelo, crean un hermoso sonido, similar al de un arpa japonesa o “koto”. Es algo muy original y realmente sorprendente, como se algo tan insignificante como una gota que cae al suelo puede crear belleza en forma de sonido. Realmente espectacular, y más aun sabiendo que este sorprendente sistema fue creado por un jardinero en la Era Edo. A continuación os dejo una foto del espectacular «suikinkutsu».
Las diferentes estaciones modelan el paisaje y hacen de nuestras visitas experiencias únicas, ofreciéndonos coloridos acordes a la temporada: rojos, verdes, ocres, amarillos, carmesí, rosas… En primavera: ciruelos, cerezos, membrillos, magnolias…, en verano: nenúfares, lirios, lirios de agua, flores de loto, hortensias…, en otoño: leguminosas, arces…, en invierno: narcisos, camelias… todas éstas y multitud de especies autóctonas, dotan a los jardines de la más especial sinfonía de aromas y colores.
También podemos contemplar y cruzar idílicos puentes.
El colorido presente en el mundo vegetal también está representado en el mundo animal, ya que en los estanques o en la desembocadura, podemos ver multitud de carpas Koi con lo más vivos colores, y con un hambre voraz, eso también!
Si queréis visitarlos se encuentran en el distrito de Atsuta, muy cerca del Santuario de Atsuta, así que podéis aprovechar y visitarlo también.
Los jardines disponen de un parking para 47 coches. En el caso de que os desplacéis en transporte público, la estación de JR más cercana es Atsuta, y la estación de metro es Jingunishi. Recordar que los jardines cierran los lunes. El ticket de entrada tiene un módico precio de 300 yenes. Para más información, no dudéis en visitar la web de los jardines (en inglés).
http://www.shirotori-garden.jp/english/index.html